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  Querido Grumete Juan: Me dicen que tienes una gran afición marinera y que te gustaría conocer el habla de la mar. Yo pensé comprar en una papelería que hay en Cádiz, especializada en libros de texto para la escuela de náutica, uno en el que se aprende la nomenclatura de todas las partes y piezas del barco, pero creo que resultaría pesado para cualquiera que lo que intenta es adquirir conocimientos sin prisas, sin esfuerzo mental, de forma amena y divertida; así que, a mis cortas luces, iré escribiéndote lo que se me ocurra de mi experiencia y de tu interés.

  En la lengua castellana existe un montón de palabras y frases provenientes del mundo de la mar, y digo "la mar" en femenino porque, como sabes, tradicionalmente las tripulaciones han sido de hombres y, siendo la mujer lo más querido del hombre, es lógico que a su segundo amor le trate en femenino; es más, cuando alguien dice "el mar" delante de un marinero, éste sonríe desconfiando de la pericia de quien habla. También viene a cuento que la patrona de la mar sea la Virgen del Carmen es raro ver un barco donde no la lleven en lugar preferente, aunque no crean en dioses ni santos. Un dicho marinero muy machista, pero elocuente dice: "Estando la mar en calma, hasta las mujeres son marineras". Me consta que la mujer está tan capacitada como el hombre para el arte de navegar, hay veleros gobernados solo por mujeres, mujeres que han dado la vuelta al mundo en solitario y marineras profesionales, en mis navegaciones familiares son ellas las que hacen las maniobras.


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