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          "A palo seco", (con las velas "arriadas", bajadas): cuando te den una tortilla de patatas y nada de beber puedes emplear esa frase. Al llegar del cole cargado con la mochila a tope y te la quites, puedes decir: ¡Ojú, menos mal que "largué el lastre"!; también vale si lo que dejas no es la mochila, sino a alguien que te está dando la coña marinera, por quien no sientes un excesivo cariño. El "lastre" es peso que se coloca en el fondo del barco para aliviar la "escora", (la inclinación) los globos y cepelines lo llevan en forma de saquitos de arena, que arrojan cuando pierden altura. Otra cosa es la "rémora" que son los pececillos que se suben a lomos de uno grande y se alimentan de las sobras de éste. Suele usarse para quienes son más agarradas que "lapas" y más comodones que un sillón. Si estás jugando a cualquier cosa y pierdes, una elocuente manera de expresarte es: me fui a pique. Irse "a pique" es hundirse, (que solo tengas que decirlo cuando pierdas jugando). "Al abordaje" es ¡al ataque!. "Ponerse al abrigo" es guarecerse detrás de un cabo en una cala o ensenada, (accidentes geográficos) a sotavento del temporal. En alta mar hay que capearlo y en el habla del pescador es "enrocarse". "Avante claro", ¡adelante, está el camino libre!. "Barlovento y sotavento", por donde nos llega el viento y por donde se va. En más de una ocasión nos hemos olvidado el pan, o cualquier otra cosa en tierra y ya navegando nos damos cuenta, en esos casos se dice: "en la mar no hay santos", no se puede ir en un momentito a la tienda de la esquina. "En la mar no hay bulla", las prisas siempre son malas pero más en la mar, un atorrullo puede suponer un percance, todo hay que hacerlo con conocimiento, precisión y agilidad, nunca con precipitaciones alocadas. Fui testigo de la caída desde la "cruceta" (Donde se forma la cruz en el palo) a la cubierta en un barco fondeado junto al nuestro, de un chaval al que conozco desde que era chico y le tengo un gran cariño, el mal golpe en la columna lo dejó parapléjico. ¿Exceso de confianza, el joío destino, la inexperiencia de quienes hacían la faena, o todo junto?. "Hacerse a la mar" que es lo mismo que "zarpar", cuando está embravecida, es como gastarle bromas a una mujer cuando está cabreada, y que me perdonen las feministas. "Bogaban" (remaban) cuatro ciegos en un bote y un tuerto llevaba el timón. Uno de los remos se salió del "tolete" (pieza donde va sujeto el remo al bote) dándole al pobre tuerto en el ojo bueno con la pala, y dejándolo fuera de servicio. El tuerto dijo cabreado, "¡Ya estamos!". Los cuatro ciegos, creyendo que habían llegado, desembarcaron. ¡Los pobres no sabían nadar!.

          Querido Grumete, con el idioma y la filosofía de la mar, si además aprendes ambas cosas también del medio rural, podrás navegar tranquilamente por el mundo sin temor a que nadie diga de ti que eres "carajote", (adjetivo muy usado en Cádiz y que no necesita traducción) si le
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