No somos regatistas, (al único que le gustan las regatas es a Juan Baizán, pero tampoco es un forofo) porque pensamos que bastante competitiva es la vida diaria en ésta sociedad, como para seguir compitiendo en los días de descanso, así que preferimos hacer cruceros por nuestra cuenta y riesgo, y todos coincidimos en que los mejores ratos de amistad y recreo los hemos pasado navegando. La tripulación está compuesta por seis "enrolados", (inscritos en el "rol", embarcados) en distintas fechas: Juan Acuña, Juan Baizán, Juan Sebastián, Javier Díaz, Ramón Abad y Mateo Chacón. Nuestros hijos/as han sabido lo que es la mar gustándole a unos más y a otros menos. Se han enamorado de ella sobre todo dos, Juan Sebastián y Ramón Abad (Hijo), ambos son ya unos auténticos profesionales. Formó parte también una perra de inusual inteligencia, se llamaba "Tuca" y era de raza autóctona de la sierra de Cádiz (yo le digo "pastor andaluz" pero, son conocidos como "perros de agua"). En calidad de pasajeros, han navegado con nosotros cientos de personas, me atrevo a decir sin equivocarme, que más que en ningún otro velero deportivo que no se dedique al alquiler. Pero el pasajero por excelencia y al que nadie puede igualar es José Mª, (cariñosamente "El Gordo"). Su exquisitez en el vestir, en el yantar y beber y en el trato, tanto a bordo como en puerto, merece todo elogio y admiración. Es más en los trasatlánticos de lujo, deberían poner un vídeo de él todos los días al pasaje, como ejemplo de compostura y bien saber y estar. Tiene además la ventaja de haber sido marino profesional y tripulante asiduo en todas las embarcaciones que hemos tenido, hasta que
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